Subsidios: el Estado gastó una billonaria suma y prevé más recortes en 2025
Marcelo Batiz
Los subsidios que el Estado nacional destina a sectores económicos y empresas públicas volverán a estar en el centro de la escena en 2025, ya que a pesar de la drástica reducción operada el año pasado, aún representan uno de los principales gastos de la Administración Pública Nacional.
En ese sentido, los desembolsos en subsidios ascendieron en 2024 a $8.359.043 millones, con un recorte en términos reales del 37,6%, según el último informe de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP).
Dicho en otros términos, de haberse seguido la inflación del período -es decir, mantener los subsidios a los valores constantes de 2023- el gasto habría sido de $13.395.902 millones, es decir que el recorte implicó un ahorro de $5.036.859 millones.
Un ahorro que no alcanza
Ese ahorro, superior al equivalente a un punto del Producto Bruto Interno (PBI) , sería más que significativo en cualquier otro contexto, pero resulta insuficiente para un Gobierno que tiene como premisas principales el equilibrio fiscal y al mismo tiempo la reducción de la carga impositiva, dos objetivos que pueden parecer contrapuestos si no se los completa con una reducción significativa del gasto público.
Al respecto, los ejes principales de la reducción del gasto en 2024 fueron el sistema previsional, los subsidios económicos y las transferencias a las provincias, pero para este año dos de esas tres variables no podrían llevarse a cabo con la misma intensidad.
En lo referente al gasto previsional, la implantación desde marzo del año pasado de un régimen de movilidad de periodicidad mensual, basándose en la inflación que limita la posibilidad de un ajuste como el de los primeros meses de 2024, al punto que ya en diciembre hubo un incremento interanual real, a diferencia de los recortes de más del 30% en el primer trimestre.
Subsidios y tarifas
Después de un ajuste del 68,5% en las transferencias a provincias y municipios en 2024 , queda poco margen para seguir adelante en 2025 y, más allá de la caída porcentual que pueda aplicarse, su impacto en recursos sería menor, ya que todas las transferencias del año pasado ascendieron a $1.518.384 millones.
Quedan entonces los subsidios como único eje posible para seguir aplicando una reducción sustancial , aunque la tarea no está exenta de complicaciones para un Gobierno que aspira a que se reduzcan los índices de inflación, ya que la contracara del recorte de subsidios es el aumento de las tarifas de servicios públicos.
Cuánto se gastó en 2024
El gasto total de los subsidios económicos del Estado nacional fue en 2024 de $8.359.043 millones, con $5.750.251 millones destinados al sector energético, $1.988.968 millones para el transporte y $619.824 millones para otros rubros.
Esos desembolsos fueron inferiores a los que se habían proyectado en la presentación del proyecto de ley de Presupuesto 2025, que finalmente no fue sometido a discusión parlamentaria: en él se previó que 2024 finalizaría con subsidios a la energía por $6.741.332 millones y los del transporte serían de $2.369.729 millones.
La reducción de los subsidios se concentrará, como es habitual, en energía y transporte, mucho más después de haberse completado el proceso con los destinados a AySA, pero en ambos casos se chocará con el interés oficial de adecuar los aumentos tarifarios a la inflación proyectada.
Tarifas e inflación
Eso podría ser contraproducente si al mismo tiempo se procura una reducción del gasto en subsidios, ya que la necesidad de trasladar ese ajuste a las tarifas supera con creces los niveles de inflación general.
Por ejemplo, un reciente informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP), sostuvo que las tarifas de servicios públicos en el AMBA alcanzaron en enero a cubrir el 53% de los costos “y por lo tanto, el Estado se hace cargo del 47% restante”.
Pero esos porcentajes corresponden a un promedio que, al analizarse en detalle, muestra realidades diversas, con coberturas tarifarias del 100% en el agua corriente, 55% en el gas natural, 49% en la electricidad y 31% en el transporte público.
En consecuencia, si se quisiera completar la cobertura de los costos de explotación, los aumentos tarifarios tendrían que ser del 81,8% en el gas, 104% en la electricidad y 222% en el transporte.
¿Tarea pendiente para 2026?
Los ajustes aplicados en enero y algunos de los ya anunciados para febrero dejan en evidencia que la evolución de las tarifas estará alineada con las previsiones de inflación general, de manera de no incidir en un recrudecimiento en el alza de precios.
En un año caracterizado por la campaña política de cara a las elecciones de octubre, es de esperar que esa tendencia se prolongue en los meses venideros, por lo que el gasto en subsidios tendrá una reducción mucho menor a la aplicada en 2024.
Sin embargo, eso no implicará el abandono definitivo de la tarea, si se tiene en cuenta que el gasto en subsidios significó el año pasado una erogación que fue 4,7 veces mayor al superávit financiero y su peso sigue jaqueando las cuentas públicas.
Cabe esperar, entonces, que los recortes retomarán su intensidad en 2026, con la tranquilidad de un año que no tendrá elecciones a la vista.
| #11723924 Modificada: 27/01/2025 12:03 |
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